Confieso que siempre he sentido curiosidad por practicar sexo con animales. Luego estaba el hecho de que mi marido no me follaba como es debido y no pude contenerme. Agarré a mi travieso perro y le saqué la polla. Le di una pequeña caricia y me lancé a su boca, chupando intensamente. En pocos minutos se corrió un montón y yo me lo tragué todo.


























